martes, 8 de diciembre de 2009

ANTICARCELARIO▪ Solidaridad con lxs presxs


El avance de la lucha contra la explotación, el avance y agudización de la guerra social trae como consecuencia lógica la caída de compañerxs en prisión por parte de la represión.

Democracia o dictadura solo son dos formas distintas de mantener el dominio del capital, por lo que a pesar de estas “variables”, quienes enfrentan y han enfrentado al capital siguen siendo tomadxs prisionerxs por el Estado.

Asumiendo esto como una realidad incesante en la lucha anticapitalista nos enfocaremos en comprender la solidaridad con quienes se encuentran secuestradxs por el Estado, llenando las distintas cárceles a lo largo del mundo.

La solidaridad se entiende como la forma de “apoyar” a lxs compas que se encuentran adentro, pero ¿Realmente quienes están “afuera” se pueden sentir tan segurxs y alejadxs de esta realidad? ¿Acaso quienes solidarizan con lxs presxs en lucha, no tendrían que ser parte del mismo proyecto de destrucción del capital ó al menos asumir de igual manera los riesgos en la lucha?.

Estas distinciones solo hace que se asuma un paternalismo y una caridad que poco tienen que ver con una instancia de lucha social, en donde la solidaridad se enmarca como parte integra de la guerra social.

La solidaridad no tiene que ser vista como un eje aislado de la lucha contra el dominio, sino que tiene que entenderse como parte esencial para que avance la lucha.

Es entonces donde la solidaridad con perspectiva anticapitalista no puede nunca abogar por: inocencia, montaje, derechos humanos, corrupción ilegitimo, ilegal, injusto y un largo etcétera.

Si nos declaramos en guerra contra el Estado, el capital su lógica jurídica y autoridad para juzgar nuestros actos, resulta irrisoria pedir juicios justos o clamar por inocencia (olvidando que “culpabilidad” e “inocencia” son meros conceptos jurídicos impuestos por lxs poderosxs).
El retroceso y estancamiento en la lucha, que genera dichas posturas, se hacen evidentes cuando solo logran opacar y ocultar el enfrentamiento y la posibilidad de cuestionamiento.

El asumir a lxs compañerxs en prisión como participes activos en la guerra contra el capital se hace imprescindible, partiendo de esa base cada una de nuestras formas y métodos de solidaridad con ellxs, tienen que entenderse en un accionar que supere la “amistad o cercanía”, apuntando a la destrucción misma de la sociedad carcelaria.

Reducir a un mero concepto económico de “aporte monetario a lxs presxs” es bajar el perfil, subestimando todo potencial que adquiere una practica de solidaridad. Si bien es sumamente importante la parte financiera y no tiene que ser relegada, no se puede reducir solamente a esto, olvidando la propaganda, el apoyo moral y diversas acciones.
Entendamos de una vez por todas la solidaridad como un ataque, viendo el potencial que genera el apoyo entre pares y recuerdo con nuestrxs compañerxs presxs.

¿Y de repente, el/la compañerx que siempre veíamos en actividades ya no lo/la vimos más? ¿Qué sucedió?… cayo presx.
La sorpresa inunda los primeros días, pero luego “la vida sigue” y el olvido comienza a llenar todos los rincones. Mientras el/la compañerx sigue adentro de la cárcel viviendo el aislamiento y la amenaza cotidiana de los carceleros.
El olvido y la pasividad de todxs, solo pondrán más barrotes en la celda, más cámaras a los pasillos y al patio, más cemento a los muros.



.Nunca derrotadxs, nunca arrepentidxs…
La solidaridad es un arma, usala!

Fuego a las cárceles, sus carceleros y sus falsos críticos

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